Una Constitución de izquierdas

13 Jul 2022

La propuesta de Constitución presentada por la Convención no une al país. Y no lo hace solo por las desigualdades ante la ley y la plurinacionalidad que allí se definen, sino porque en esta se condensan las ideas de aquel sector que obtuvo una representación mayoritaria en el órgano constituyente, a saber, las izquierdas.

Que la propuesta constitucional represente predominantemente ideas de las izquierdas se observa en varias dimensiones. En términos cuantitativos, la mayoría de los incisos aprobados por el pleno provienen de agrupaciones de dicho sector y sus 388 artículos la posicionan como la tercera Constitución más larga del mundo, siendo solo superada por dos países que se han declarado plurinacionales: Ecuador (444) y Bolivia (411).

En cuanto a los contenidos, la propuesta de la Convención le entrega un excesivo rol al Estado en materia económica, no solo en la provisión de derechos sociales, sino también en la creación de empresas municipales y regionales. Esto se refuerza por el hecho de que, contrario a nuestra tradición constitucional, el Congreso podrá presentar proyectos de ley que irroguen gasto fiscal, lo que amenaza con generar importantes presiones sobre el erario. Desde el punto de vista de la sociedad civil, las organizaciones sindicales podrán ser ramales y decidir libremente el ámbito de intereses que defenderán a través de la huelga, además de tener derecho a participar en las decisiones de las empresas.

Pero no es solo en la dimensión material en que la propuesta constitucional refleja ideas predominantemente de izquierdas. Como ha mostrado Mascareño (2022), en ella se erigen conceptos cuyo trasfondo procede del pensamiento decolonial latinoamericano, tales como “buen vivir”, “plurinacionalidad”, “disidencia” y “derechos de la naturaleza”. En este sentido, se trata de una Constitución en la que confluyen una diversidad de miradas, pero casi todas procedentes de una misma raíz interpretativa y que, incluso, se ubica más allá de la tradicional reflexión socialdemócrata.

Estos elementos dan cuenta de que la propuesta constitucional, lejos de ser la casa de todos, excluye las ideas de una parte importante de la población y adopta otras que se alejan de lo que la ciudadanía demandaba en 2019. El gobierno ha apostado por transformar el plebiscito de salida en un clivaje entre quienes buscarían “preservar una Constitución autoritaria” versus quienes defenderían una “Constitución democrática”. Sin embargo, el posicionamiento en favor del “rechazo” por parte de académicos y figuras públicas de centroizquierda reafirman el hecho de que, lejos de ser antidemocrático, el “rechazo” es una posición que hoy se funda en una legítima preocupación por los efectos que podría tener la aplicación de una Constitución que nos distancia de los esquemas propios de una democracia liberal.

*Publicada en La Segunda. 

 

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