Sebastián Piñera: Un Presidente en la tormenta

27 Ene 2025

El próximo 6 de febrero se cumple un año de la partida de Sebastián Piñera, una figura clave en la historia reciente de Chile. Su legado, diverso y a veces debatido, destaca por varias dimensiones. Fue un demócrata comprometido, un liberal reformista y un gestor excepcional en momentos de crisis. Su capacidad de liderazgo permitió que la centroderecha alcanzara la presidencia en dos ocasiones, algo sin precedentes para el sector. Y visto con la perspectiva del tiempo, los historiadores del futuro también destacaran los turbulentos tiempos en que le tocó gobernar.

Un demócrata de principio a fin. Así recordarán muchos a Sebastián Piñera luego de mirar con atención su trayectoria. Fue un público opositor a la dictadura y un activo dirigente por el No. Años después, lograría despinochetizar a gran parte de la derecha chilena, liderando un proceso de reconciliación del sector con los valores democráticos. El punto más alto es sin duda el Acuerdo por la Paz y la nueva Constitución, hito que permitió una conducción institucional a la revuelta del 2019, evitando así el uso de la fuerza y de un camino sin destino conocido.

Algunos también destacaran de su legado el enfoque que tuvo en la gestión como herramienta de lo público. Esta capacidad, que algunos denominan El método Piñera, se desplegó en momentos como la reconstrucción tras el terremoto de 2010, donde más de un millón de niños volvieron a clases en tiempo récord, o en la logística que permitió salvar la vida de los 33 mineros atrapados en la mina San José o en la excepcional gestión de la pandemia y el proceso de vacunación, el que ha sido reconocido a nivel mundial. Estas experiencias consolidaron su reputación como un líder pragmático, enfocado en los resultados.

Otros creemos que esta lista debería empezar por destacar el punto de partida de su pensamiento político: el liberalismo reformista. Para él la libertad individual era un principio fundamental. Su visión liberal cristiana, como le escuché decir una vez a Lucía Santa Cruz, buscaba garantizar las condiciones para que cada ciudadano pudiera desarrollar su propio proyecto de vida. No obstante, siempre sostuvo que la libertad debe acompañarse de justicia y equidad. Esta combinación, junto a una sana distancia con el stau quo, lo llevaron a ser un reformista de convicción. Esto tradujo en múltiples políticas como los liceos Bicentenario, la PGU, la creación de un millón de empleos, el Ingreso Ético Familiar, el posnatal de seis meses o el matrimonio igualitario, por mencionar algunos.

Con todo, si algo lo caracterizará cada vez con mayor nitidez, es haber sido un presidente que gobernó en “momentos estelares”. Una reciente encuesta de CADEM preguntó a los chilenos sobre los eventos más importantes de los últimos 25 años de nuestro país. Los cinco que obtuvieron más menciones ocurrieron durante sus gobiernos: la pandemia de COVID-19, el terremoto y tsunami de 2010, el estallido social, el primer proceso constitucional con el amplio rechazo en el plebiscito del 4S y el rescate de los 33 mineros.

Sebastián Piñera deja un legado que trasciende las cifras y los debates políticos. Fue un presidente en la tormenta, un liberal reformista y un defensor incansable de la democracia. Un estadista. Su figura permanecerá como un referente para quienes creen en una política que enfrenta las adversidades con coraje y que el futuro se construye siempre desde la esperanza.

Esta columna se publicó en el Austral de Osorno.

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