Los indultos: una lectura en clave hegemónica

23 Ene 2023

¿Por qué el Presidente Gabriel Boric indultó a algunos delincuentes y no a otros (que, por ejemplo, se han rehabilitado o que padecen alguna enfermedad grave o terminal)? Un camino para responder a esta pregunta se relaciona con el concepto de “hegemonía política”, a partir del cual se puede sostener que la decisión del Mandatario apuntó a articular las aspiraciones del llamado “octubrismo” con los derechos humanos, para cubrir de neutralidad su decisión y consolidar el apoyo duradero de parte de quienes afirman que los indultados eran “presos políticos”.

Sin embargo, los indultos en favor de los doce internos en verdad no obedecieron al espíritu de los derechos humanos, sino que los instrumentaliza, debilitando su significado. Ciertamente, más que reparar a víctimas del Estado o actuar conforme a alcanzar la paz social, lo que ha hecho el Gobierno es premiar a quienes afectaron los derechos de otros o, incluso, atentaron contra las fuerzas a cargo de la seguridad pública en el marco del 18 de octubre del 2019, para así legitimar su actuar, tal como lo hicieron algunos dirigentes que apuntaban a que la violencia que se vivió era una reacción frente a la “violencia estructural” del sistema.

Contrario a la decisión adoptada por el Ejecutivo, no pocos han llegado a la conclusión de que no es posible alcanzar el tan anhelado “nunca más” y la no repetición a través del perdón, sino de la justicia. Excepcionalmente podría existir el perdón si quienes perpetraron la violencia se arrepienten de sus faltas y las víctimas lo aceptan, pero tampoco es el caso; aquellos que utilizaron la violencia política como forma de “protesta social” no están arrepentidos, sino orgullosos de haberla ejercido. Esto es corroborado por las palabras de uno de los indultados, que llamó a seguir luchando y a la insurrección.

A partir de esta pretensión hegemónica, el Gobierno ha renunciado a representar al conjunto de los chilenos, muchos de los cuales rechazan el uso de la violencia como método de acción política y la arbitrariedad. Como dijo Jorge Luis Borges en Clarín (1985), “no juzgar y no condenar el crimen sería fomentar la impunidad y convertirse, de algún modo, en su cómplice”. Aunque resulte crudo reconocerlo, con los indultos particulares a quienes cometieron diversos delitos, el Mandatario reafirma su complicidad con la violencia política, de la que hemos sido testigos desde octubre del 2019.

Publicada en El Mostrador.

 

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