Crisis de las Isapres: ¿actuamos ahora o esperamos el colapso?

31 Mar 2024

Chile se encuentra en una encrucijada crucial para el futuro de su sistema de salud. La crisis de las Isapres, resultado directo de la falta de reformas a tiempo y agravada por decisiones judiciales, pone en evidencia la fragilidad de un sistema que, aunque funcional, está lejos de cumplir sus principios básicos de equidad y sostenibilidad. La tramitación de la llamada «ley corta» de Isapres y el curso del debate, lejos de tranquilizar, sugiere que aún no captamos la magnitud del problema, que trasciende los ajustes financieros o legales.

Esta ley debe ser el punto de partida para una reforma profunda, no una solución de maquillaje al desafío inmediato. Debe abrir el camino para garantizar un sistema de salud equitativo y duradero para las generaciones venideras.

En este sentido, el gobierno debe entender que la creación de la Modalidad de Cobertura Complementaria de Fonasa no va a alcanzar para abordar las necesidades en salud de las personas que hoy están en Isapres, ni mejora la situación de quienes más lo necesitan. Está lejos de ser una solución para el desastre. De igual manera, más que un puente entre lo público y lo privado, genera un laberinto de incertidumbres en su ejecución, que amenaza con inyectar aún más confusión en un panorama donde la claridad y la dirección son urgentemente necesarias.

En este escenario, el papel de la ministra de Salud y del gobierno deben ir más allá de la gestión legislativa formal y la presencia física o espiritual en los debates parlamentarios. Se requiere liderazgo para guiar el diálogo hacia una reforma que tranquilice a todos los actores del sistema: pacientes, prestadores y aseguradores; y dejar de guiar las acciones o inhibirse de hacerlo, para resguardar las trincheras ideológicas de la multiplicidad de grupos o tribus, que conforman la base de apoyo del gobierno. El objetivo debe ser claro y evidente: un sistema de salud universal, de calidad y accesible para todos, y para los privados, reglas del juego claras.

En este sentido, las tendencias jurisprudenciales en salud, aunque han sobrepasado su rol constitucional, han desnudado la necesidad de un marco legislativo sólido, flexible y moderno, con políticas públicas coherentes. Esta situación debe ser una llamada de atención para el Legislativo y el Ejecutivo; además se debe transformar en un recordatorio de su responsabilidad histórica de reformar el sistema de salud con una perspectiva de largo plazo, enfocada en el bienestar de la población.

Frente a este desafío, Chile no puede darse el lujo de esperar. La crisis de las Isapres no es solo un aviso de lo que podría colapsar si no actuamos con prontitud y decisión. Es también una oportunidad única para reevaluar y reconstruir nuestro sistema de salud de manera que sea sostenible, equitativo y, sobre todo, centrado en el derecho fundamental de cada ciudadano a la salud.

En consecuencia, la reforma al sistema de salud es una urgencia que no admite demoras. De nosotros depende actuar ahora para prevenir un colapso o enfrentar las consecuencias de nuestra inacción. Es tiempo de liderazgo, de decisiones valientes y de una visión de futuro que ponga la salud de los chilenos al frente.

El ex superintendente de Salud, Patricio Fernández, elaboró esta columna para el centro de estudios Horizontal.

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