Estimación de los efectos del proyecto de sexto retiro
Un eventual sexto retiro tendría negativas consecuencias en dos dimensiones. Primero, el 28% del total retirado se iría directamente al 20% más rico de la población, haciéndolo una política altamente regresiva. Por otro lado, inyectar 16.340 millones de dólares a la economía –cuando esta se encuentra en pleno proceso de ajuste— generará mayores presiones inflacionarias y retrasará la baja de tasas de interés, lo que tendrá un mayor impacto negativo en el poder adquisitivo de los hogares más pobres, ya que estos consumen una fracción mayor de su ingreso y tienen menos herramientas para protegerse de la inflación.
Con todo, con este nuevo retiro, 53% de las mujeres y 38% de los hombres quedarían con saldo cero en sus cuentas de capitalización individual. Esto equivale a 5,1 millones de afiliados (2,8 millones de mujeres y 2,3 millones de hombres).
Una segunda dimensión, es el efecto negativo en pensiones futuras que tendría un nuevo retiro. Según nuestras estimaciones, las pensiones autofinanciadas caerían entre 13% y 4% dependiendo del género y decil de ingresos del afiliado. El impacto en pensiones de este proyecto de ley es desigual y regresivo. A menor decil de ingreso, mayor es el porcentaje de ahorros que los trabajadores pueden retirar y, por lo tanto, tendrán un mayor impacto en sus pensiones futuras. Además, en cada decil de ingresos las mujeres retiran un mayor porcentaje de su ahorro, por lo tanto, sus pensiones serán más perjudicadas. Así, el retiro aumenta la desigualdad en la vejez y la brecha de género en pensiones, ya que las pensiones de los más pobres y de las mujeres caen más que la de los más ricos y los hombres.