
La dignidad del esfuerzo
Paulina comenzó su negocio propio hace 12 años, no porque soñaba con ser una gran empresaria, sino porque la plata no alcanzaba para la educación de sus tres hijos. De a poco dio forma a su almacén, que es el sustento de su familia. No lo heredó, lo arrienda. Y lo paga con duras cuotas de muchas horas de trabajo. Tomás Sánchez