Voto voluntario de facto: descoordinación e indisciplina oficialista

Esta semana el oficialismo ha dado cuenta de una profunda falta de compromiso con las reglas que rigen el juego democrático en nuestro país, como también una importante descoordinación entre el Gobierno y sus legisladores, ya que en el marco del proyecto de ley que habilita la elección de alcaldes en dos días, se eliminaron las multas para quienes no ejercieran un voto constitucionalmente obligatorio (art. 15, CPR), transformándolo en voluntario de facto. Previo a la votación de dicho artículo, tanto el Presidente de la República como su ministra del Interior se habían pronunciado en contra de transformar el voto obligatorio en uno voluntario de manera irregular, por lo que el actuar de los legisladores oficialistas también dio cuenta de su indisciplina. Como consecuencia, el Gobierno ha anunciado que aplicará un veto aditivo sobre el proyecto de ley.
La eliminación de la multa por parte de los legisladores oficialistas no parece responder a convicciones ideológicas, sino al cálculo electoral, debido a que, en las últimas elecciones con voto obligatorio, los partidos de derecha tendieron a obtener una mayor cantidad de preferencias que los partidos de izquierda. Lo mismo se observa respecto al voto migrante que el oficialismo busca que no sea obligatorio.
La discusión sobre las capacidades del Estado para realizar la elección en dos días no debiese ser aprovechada para cambiar las reglas del juego electoral, ni mucho menos a solo meses de la próxima elección. Más bien, el Congreso se debe hacer cargo de armonizar las normas vigentes y generar las condiciones para que la votación se produzca en dos días. La reforma electoral de fondo se debe producir en otro proyecto, que se haga cargo de los déficits de nuestro sistema político.
Esta carta al director se publicó en El Líbero.