Un pacto para la seguridad

02 May 2024

Cada vez son más los hechos que confirman la crisis de inseguridad en la que nos encontramos como país. El reciente asesinato de tres Carabineros al sur de Cañete, en pleno aniversario de la institución, constituye una afrenta a cada uno de los habitantes de la nación, que debe ser respondida con unidad y transversalidad tanto en los diagnósticos como en las soluciones.

La oportunidad de conformar un pacto para la seguridad es imperativa y no puede esperar más. En primer lugar, porque las debilidades del aparato público frente a la criminalidad se están traduciendo en el avance de un pseudo Estado ilegítimo al interior de las ciudades y los campos, encabezado por el crimen organizado y el terrorismo, que, en busca del enriquecimiento ilícito o cambio político a cualquier costo, respectivamente, no duda en sacrificar los derechos fundamentales de las personas.

En segundo lugar, porque las dificultades del Estado para responder a la criminalidad han debilitado la cultura democrática y la valoración de las libertades, lo que lamentablemente ha sido aprovechado por irresponsables para sostener que, para salir de la crisis de inseguridad, bastaría con “meter bala”, banalizando la complejidad y multidimensionalidad del desafío que el país enfrenta.

En vez de guiar las urgentes decisiones por los impulsos que producen las tragedias, son necesarios tanto diagnósticos como propuestas comprehensivas del problema de la seguridad pública, que se hagan cargo de las debilidades específicas que tiene nuestro Estado en base a la evidencia y experiencia comparada.

En esta línea, desde Horizontal convocamos a una mesa de expertos en seguridad, a partir de la que fueron elaboradas 100 propuestas en 8 dimensiones que se hacen cargo, especialmente, del problema del crimen organizado, el narcotráfico y el terrorismo, que representan graves amenazas a la integridad humana y al orden institucional. Dichas medidas se enfocan, entre otros, en mejorar la coordinación, la inteligencia, la persecución y el control de la delincuencia.

Hacernos cargo del desafío de la seguridad, con compromiso y responsabilidad, no solo protegerá la integridad y vida de la población, sino también preservará nuestra democracia y libertades. Pero para ello, necesitamos un pacto para la seguridad de corto, mediano y largo plazo.

Esta columna se publicó en La Segunda.

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