Reforma de pensiones: las dudas que deja la mesa técnica
Después de tres semanas de trabajo, la mesa técnica -convocada por el Gobierno para discutir la reforma previsional- se suspendió hasta nuevo aviso, sin haber alcanzado a revisar todos los temas planteados.
Respecto de su propuesta original, el Gobierno ha presentado dos posibles modificaciones: i) en el marco de la separación de funciones de las AFP, plantea licitar el ente que administraría las cuentas de todos los afiliados, en lugar de crear un monopolio estatal para ello, además, el Ejecutivo habría abandonado la idea de que quienes no eligieran gestor de inversiones fueran asignados al estatal; y ii) destinar 4 puntos de la nueva cotización al seguro social y 2 puntos a ahorro individual.
Sobre la idea de separar las funciones de las AFP han surgido importantes observaciones y dudas. Básicamente preocupa que se realice un experimento riesgoso que tendrá limitados o inexistentes beneficios, más allá de entregar la victoria política al Gobierno por haber puesto fin a las AFP como las conocemos. El Ejecutivo plantea, sin suficiente evidencia, que habría grandes economías de escala en la administración de las cuentas que aún no se han aprovechado, por lo que al centralizar en una sola empresa esta función se podrían reducir significativamente los costos. Creemos que las grandes economías de escala en esta industria ya se han aprovechado. Si bien existen algunos pequeños espacios en los que se podría ganar eficiencia mediante la centralización, siendo el caso más evidente la función de cobranza de cotizaciones adeudadas, la que debería pasar al Servicio de Impuestos Internos o a la Tesorería General de la República que tienen experiencia y ventajas comparativas para efectuarla. La centralización de esta función se puede hacer sin destruir una industria que lleva 40 años de funcionamiento y que fue capaz de sortear el desafío de los retiros con éxito.
Se sabe que la industria administradora de fondos previsionales presenta importantes desafíos en materia de competencia, las rentabilidades de las AFP son elevadas y la evidencia indica que esto se debe fundamentalmente a una demanda que es insensible al precio: la gente no se cambia de AFP. Este es un problema serio que debe ser abordado y creemos que la mejor manera de hacerlo es la licitación sistemática de paquetes del stock de afiliados, permitiendo que puedan rechazar ser incluidos en la licitación y dando libertad para cambiarse una vez licitados. Con este mecanismo se introduciría competencia por precio en la industria presionando las comisiones a la baja.
Por otro lado, existe acuerdo transversal en la necesidad de incrementar la tasa de cotización, sin embargo, existen fuertes discrepancias sobre el destino de estos recursos. Inesperadamente, el Gobierno en la mesa técnica volvió a presentar su propuesta original: destinar los 6 puntos a un seguro social estructurado en base a cuentas nocionales. El seguro social entregaría los siguientes beneficios: garantía de 0,1 UF por año cotizado a actuales y futuros pensionados, beneficio de maternidad y cuidados, compensación a mujeres por mayor expectativa de vida. Luego, el Ejecutivo presentó una propuesta alternativa en la que se destina 4 puntos de cotización al seguro social y 2 puntos a ahorro individual, en la simulación presentada, esta opción entregaba menores beneficios a los afiliados en la mayoría de los escenarios.
Creemos que los seis puntos de cotización adicional deben ir a cuentas individuales de los trabajadores y a financiar un seguro de longevidad que cubra las pensiones de la cuarta edad (período sobre la expectativa de vida a la edad de pensión). Se ha calculado que con aproximadamente 1,5% de cotización al seguro –igual para hombres y mujeres— se podría financiar una pensión en la cuarta edad equivalente al 70% de la pensión autofinanciada inicial de los afiliados. El seguro permitiría subir cerca de 30% las pensiones, ya que el ahorro en las cuentas individuales deberá financiar menos años de sobrevida y resolverá una de las grandes inquietudes de la población como es la forma en que se utilizan las tablas de mortalidad para determinar el monto de las pensiones.
Si bien en el programa de la mesa técnica se señalaba que se discutiría sobre un seguro de longevidad, ello no ha ocurrido. Expertos de distintos sectores han solicitado que se incluya esta propuesta entre los aspectos a discutir. Pareciera que es una propuesta que podría lograr cierto consenso entre una parte de los expertos.
Adicionalmente, consideramos que se debiera implementar una cotización vía consumo que permite ampliar la cobertura del sistema contributivo bajo la lógica que no todas las personas cotizan, pero si todas las personas consumen. Esta propuesta consiste en destinar el equivalente a un punto de recaudación de IVA a las cuentas individuales de los trabajadores, esto corresponde a aproximadamente USD 1.300 millones anuales que se repartirían en forma pareja entre todos los afiliados desde su nacimiento hasta la jubilación. Al repartir de forma pareja, el esquema es fuertemente progresivo, ya que los más pobres recibirán tres veces más ahorro de lo que pagaron proporcionalmente de IVA y viceversa.
El gran ausente en la discusión es la formalidad y mecanismos para incentivarla. La tasa de trabajadores formales sobre la población en edad de trabajar en Chile (36%) es más baja que en el promedio de la OCDE (47%). Es una brecha de la que debemos hacernos cargo. En Horizontal hemos propuesto la creación de un subsidio a los ingresos formales bajos. Este subsidio complementa los ingresos bajos, pero exige que el ingreso provenga de un empleo formal, es decir que tenga cotizaciones. Es decreciente en el ingreso para cuidar los incentivos. Un subsidio de este tipo lleva décadas de implementación en Estados Unidos y ha demostrado ser efectivo en reducir la pobreza, incentivar el empleo y la formalidad y, además, se ha demostrado que reduce el gasto en asistencia social del Estado.
Estos son algunos de los puntos que como Horizontal hemos levantado para contribuir en el debate que busca elevar las pensiones de manera sostenible en nuestro país. Destacamos la importancia de incrementar el ahorro para la pensión, el nivel actual es insuficiente y lo será aún más a futuro. Asimismo es fundamental que el mecanismo de financiamiento de las pensiones sea sostenible en el tiempo. Por último, se debe contar con un sistema socialmente legitimado y para ello es fundamental promover más –no menos— competencia en la industria administradora de fondos de pensiones.
Esta columna fue elaborada para el centro de estudios Horizontal.