PAES y liceos emblemáticos: que los árboles no nos impidan ver el bosque

01 Feb 2024

Mucha tinta se ha derramado sobre la salida de los liceos emblemáticos del top 100 en los puntajes PAES. Si la Ley de Inclusión fue buena política pública o no, si primó el efecto par o no, si la inclusión del ranking terminó por beneficiar o perjudicar a los estudiantes de contextos más vulnerables, ha sido parte de la discusión de los últimos días. Bienvenido el debate sobre las ideas y la revisión de las decisiones pasadas, pero la cruda verdad es que estos liceos representan sólo un 6% de la matrícula pública de enseñanza media (y un 2,5% del total), y el resto de los estudiantes requieren más apoyo que nunca.

El panorama para los estudiantes que se educan en el sistema financiado por el Estado es desolador. El 5% de mejores puntajes de la PAES 2022 está compuesto por 8.126 estudiantes, de los cuales sólo el 11% es de establecimientos públicos y 28% de particulares subvencionados, aun cuando estos dos grupos representan el 33% y 56% del total de estudiantes que rinden la prueba. Es así como solamente un 1,8% de los estudiantes de establecimientos públicos logran acceder al 5% de mejores puntajes en la PAES, umbral a partir del cual se abren las puertas a las carreras más selectivas en universidades como la UCh, PUC y USACh.

Aún más, la situación paupérrima de la educación básica y media de Chile que vemos manifestada cada vez que emergen datos de pruebas estandarizadas no es -necesariamente- producto de la eliminación de la selección por mérito en educación básica y media y el consiguiente declive de los liceos emblemáticos; así como tampoco es producto de la implementación del ranking de notas, o del no pago de la deuda histórica para los docentes. Lo cierto es que hace décadas que no hacemos una reforma educacional que se enfoque en mejorar la calidad de la educación dentro de la sala de clases, entonces ¿por qué esperar que esta haya mejorado?

Mientras discutimos reformas tangenciales ¿qué pasa con el resto de los estudiantes del sistema público y particular subvencionado? ¿Con el 97,5% restante de la matrícula que no se educa en liceos emblemáticos? La verdad, es que poco y nada si el foco de la discusión permanece en una política pública que, por definición, tiene baja cobertura y poca escalabilidad. El grueso de la fuerza laboral chilena se educa en el sistema público y particular subvencionado. Así, no hay mejor receta para sacar a la productividad del estancamiento en el que se encuentra desde 2004, que enfocarse en elevar los aprendizajes que se obtienen en el sistema que se financia con fondos públicos.

¿Cómo hacerlo? Cada sector esgrime una estrategia distinta. En lo que no se puede disentir es que la educación, aun siendo de las políticas públicas más importantes (si no la más), sigue siendo eso, una política pública. Por ende, no mejorará a no ser que se le dedique tiempo y recursos (humanos y financieros). Sorpresa, la calidad de los aprendizajes no mejorará a no ser que sea prioritaria.

La receta segura hacia una educación estancada en las próximas décadas la estamos viendo en acción ¿Qué reformas se están empujando ahora desde el Ejecutivo? “Modernizar” el sistema de financiamiento a la educación superior (CAE), pago de la deuda histórica a los docentes. De la reactivación educativa, sólo quedan los titulares en prensa y la calidad de la educación viaja en el vagón de cola.

Opine lo que estime conveniente con respecto a los liceos emblemáticos, pero por mientras subamos el piso.

Esta columna se publicó en El Líbero.

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