Los damnificados olvidados del terremoto educacional

Por: Francisca Dussaillant
28 Feb 2023

La pandemia fue un terremoto para el sistema educacional chileno. Los damnificados fueron los estudiantes, en especial aquellos de sectores vulnerables. La herida involucra aprendizajes, duros y blandos, salud mental y bienestar en general.

Por otro lado, los planes de recuperación educativa se quedan en las palabras, ya que están radicalmente sub-financiados. La Política de Reactivación Educativa Integral “Seamos Comunidad” propuesta por el gobierno considera un esfuerzo fiscal minúsculo en comparación con el resto de los países OCDE. Y el costo de la inacción, nos dice un reciente documento del CEP, con el consecuente perjuicio en capital humano, se traducirá en una disminución de nuestro PIB de 5,5%.

De lo que se ha hablado menos es del otro retroceso: el retroceso en equidad. Es sabido que la educación es uno de los principales determinantes de los ingresos. El terremoto educacional afectó especialmente a los estudiantes de establecimientos municipales y de los primeros dos quintiles de ingresos. Los estudiantes del quintil superior de ingresos y los que están matriculados en escuelas particulares vieron mermado sus aprendizajes, por cierto, pero en un grado significativamente menor. Esto ocurrió por tres razones principalmente: los estudiantes de sectores vulnerables tuvieron menos acceso a la educación remota, ya sea por deficiencias en el equipamiento que tenían a su disposición o por falta de conexión a la web. Además, los establecimientos municipales se demoraron más en reabrir sus puertas. Finalmente, navegar la pandemia fue más difícil para las familias que ya traían alguna vulnerabilidad, con el consecuente perjuicio en múltiples dimensiones, incluida la salud mental.

Entonces, los que históricamente tenían una ventaja en términos de aprendizajes ahora saben un poquito menos, mientras que los que traían los mayores déficits, los vieron profundizados sustancialmente. Me sorprendería de sobremanera que esto no se traduzca, en unos años más, en una profundización de la brecha de ingresos. Décadas de esfuerzo y trabajo de diversos gobiernos que habían logrado estrechar, lentamente, las brechas educativas, fueron borradas por la pandemia. Y cuando llegó el momento de trabajar energéticamente para revertir los daños, nos encontramos con un gobierno cooptado por grupos de interés y que no ha sido capaz de priorizar el gasto. La situación, al día de hoy, es lamentable.

¿Cuál fue el efecto real de la pandemia en niveles de aprendizaje y en equidad? La respuesta corta es: no sabemos. La suspensión del SIMCE luego del estallido social y durante la pandemia nos ha impedido llevar el pulso de los aprendizajes y nos ha obligado a actuar con los ojos vendados. No sabemos si la brecha en matemáticas es superior a la de lenguaje, tampoco si la de cuarto básico es menos relevante que la de segundo medio. Algo podremos intuir en mayo, cuando recibamos los resultados del primer SIMCE pos pandemia. Un análisis detallado de este nos permitirá hacer recomendaciones de política precisas para focalizar ese magro presupuesto del que se dispone para apoyar a los damnificados de este gran terremoto. Esperemos que se hagan más mediciones para establecer un plan efectivo de recuperación educativa, plan que debiera transformarse en una de las principales prioridades del Estado de Chile.

 

COMPARTIR:

Síguenos