Ley Corta de Isapres: larga tramitación
Es paradójico que se le haya nombrado Ley Corta de Isapres cuando su tramitación se sigue alargando. Mediáticamente ha perdido fuerza durante las últimas semanas ante otras crisis; las graves consecuencias por el impacto del virus respiratorio sincicial, con todas sus secuelas sanitarias (lo más lamentable) y políticas: la caída del subsecretario de Redes Asistenciales, antes el de Salud Pública. Ambos ex subsecretarios, al igual que la ex ministra de Salud Begoña Yarza, venían del Colegio Médico.
Esta agrupación gremial, que con su crítica feroz e inusitada al Minsal y al Gobierno en época de Pandemia, logró una presencia mediática y posición política que actualmente ya no detenta. Gremio que también copó el ministerio del Interior y el de Desarrollo Social, además de un sinnúmero de asesorías y jefaturas de gabinete. Incluso algunos de los seguidores de los postulados errados del Colmed, en relación a sus propuestas en pandemia, han aparecido dirigiendo las tan comentadas y criticadas fundaciones que han recibido ingentes cantidades de dinero cuyo uso y administración deben ser aclaradas.
La tramitación de la Ley de Isapres continúa lentamente. Este proyecto de ley nace tras lo dictaminado por la Corte Suprema como sede Judicial tras la falta de soluciones desde sede Legislativa. Situación que obliga a discutir una ley parche que evite el descalabro del Sistema de Salud Integrado Público – Privado.
Por casi 10 años se enviaron múltiples proyectos de Ley al Parlamento y se constituyeron diferentes Comisiones para solucionar esta grave situación de crisis que se veía venir. Nada de aquello avanzó y los que hoy gobiernan el país fueron los más acérrimos opositores al avance y aprobación de aquellas leyes. Algo que habría evitado en gran manera la crisis que estamos viviendo hoy día en Salud.
La ley corta propone sucintamente: fortalecer algunas facultades de la Super de Salud; adecuar normas del sistema privado de aseguramiento; y se fortalece el Fonasa. Todo esto sin contemplar nuevos recursos para la Salud Pública.
Entre sus dificultades; reconoce el impacto del fallo de la Corte pero no plantea medidas de sostenibilidad; no despeja, en absoluto, la incertidumbre asociada a la aplicación del fallo; otorga más atribuciones a la Super de Salud sin incremento de presupuesto ni de dotación; excluye a los beneficiarios A de Fonasa de la nueva modalidad MCC.
El proyecto, además, prepara al sistema de salud para una migración masiva hacia Fonasa asumiendo la desaparición de las Isapres (postulado del Director de Fonasa) distando en ese caso de cumplir el fallo de la Corte Suprema que insiste en la sobrevivencia del Sistema Mixto de Salud. También se desconoce absolutamente el impacto financiero que deberá asumir Fonasa y el mayor gasto que deberá provenir del Erario Nacional (ministro Marcel está ausente de esta discusión) y por último, no hay ninguna evidencia de que la nueva modalidad de Cobertura se logre desarrollar.
La caída o quiebra de las Isapres arrastrarán a todo el sistema completo hacia un descalabro que no ha sido dimensionado: posibles cierres de clínicas, centros de salud privados, laboratorios y centros ambulatorios, junto a un aumento en los niveles de cesantía en los prestadores individuales. Los que deberían defender los puestos de trabajo en salud de miles de personas hoy guardan un silencio sepulcral ante una situación que pudo solucionarse si los acuerdos políticos necesarios se hubiesen acordado.
Los que sembraron vientos y palabras vacías, llenas de slogans y sin evidencia; hoy cosechan tempestades.
Esta columna fue elaborada por el ex ministro de Salud y colaborador de Horizontal para este centro de estudios.
