Las optimistas cuentas del gobierno para la reforma previsional

17 Nov 2022

El Gobierno ha señalado que la reforma de pensiones tendrá un impacto positivo en el largo plazo sobre el PIB per cápita de 1,1%, el empleo formal de 2,0%, el ahorro total de 1,3% y en el stock de capital de 2,9%. Hay una serie de elementos que sería bueno saber cómo fueron abordados por la autoridad para llegar a estas conclusiones.

El Gobierno supone que las personas internalizarán los beneficios futuros que entrega el nuevo Seguro Social Previsional y que ajustarán sus comportamientos de corto plazo en función de estos. Una publicación del Banco Central de 2017 señala que las personas internalizan sólo el 50% de los beneficios futuros. Esto tiene dos implicancias importantes. Por un lado, lleva a que el ahorro no se incremente en los 6 puntos de cotización adicional, ya que hay sustitución de ahorro obligatorio por ahorro voluntario. Y, por otro lado, lleva a que exista una reducción en el empleo formal, puesto que parte del aumento en la cotización es percibida como un impuesto al trabajo.

La reforma propone un mecanismo redistributivo en que las personas con ingresos menores a la media recibirán más de lo que aportan y viceversa. Esto generaría un incentivo a participar en el sistema a personas de ingresos bajos sólo si efectivamente internalizan estos beneficios. El informe de Impacto Regulatorio señala, en su página 21, que “existe bastante evidencia, que muestra que las personas de bajos ingresos tienden a subvalorar los beneficios futuros y ponen más atención a los beneficios del presente”. Pese a esto, el Gobierno proyecta un aumento de 10,7% del empleo formal en el primer quintil y de un 2% en el empleo formal general.

Llama la atención que el Gobierno llegue a un resultado muy distinto al del Banco Central, pese a realizar un ejercicio similar. Mientras el Ejecutivo encuentra un impacto positivo importante sobre el empleo formal, el Banco Central señala que “el resultado final es un deterioro del empleo” (página 10).

Por último, es importante tomar en cuenta el aspecto fiscal. No se puede olvidar la dificultad política de realizar ajustes paramétricos a los sistemas de pensiones y el incentivo a aumentar beneficios. Es un buen ejemplo que, pese al consenso en torno a la necesidad de elevar las cotizaciones y la edad de jubilación, llevamos años sin concretar estos cambios. Esto es importante ya que en el caso del sistema que se propone, frente a un desbalance financiero, es el Estado quien debe cubrir la diferencia. Si se llegará a incurrir en déficit fiscal, tendría un efecto negativo sobre el ahorro redundando en menor inversión, menor stock de capital y menor PIB.

Sería una contribución a la discusión que el Gobierno entregara los supuestos, los microdatos y cálculos utilizados en sus proyecciones para poder replicar los resultados, ya que parecen algo optimistas.

Publicada en La Tercera.

 

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