La verdadera buena noticia de las 40 horas

20 Abr 2023

Años de discusión terminaron esta semana con la aprobación de la ley de 40 horas. La necesidad de complementar mejor la vida laboral con la personal es un noble objetivo y esta ley es un avance en este sentido, más que por la reducción en 5 horas de la jornada laboral ordinaria, por la flexibilidad que introduce.

La ley incorpora cierta adaptabilidad permitiendo, por ejemplo, que el límite de horas se cumpla durante un mes o que se pacten jornadas de 4 días laborales. Si bien el aumento de flexibilidad es modesto –idealmente la jornada podría cumplirse en un horizonte de tres meses o incluso en un año mediando acuerdos colectivos (como ocurre en varios países de la OCDE)—, se debe reconocer que es un avance en el contexto de la rigidez laboral que caracteriza a nuestro país. Abrir la puerta a introducir adaptabilidad es positivo y podría dar espacio para que a futuro se siga avanzando en esa línea.

Existen dos poderosas razones por las que la flexibilidad es una buena noticia para los trabajadores. Primero, se ha estudiado que más que reducir el número de horas trabajadas, lo que permite mayor capacidad de conciliación entre vida laboral y personal y, por ende, de satisfacción, es otorgar a los trabajadores cierta libertad y autonomía para organizar sus jornadas y esto se consigue con más adaptabilidad. Segundo, la reducción de la jornada tendrá costos que también los pagarán los trabajadores vía desempleo y/o menores salarios. Éstos se pueden mitigar mediante aumentos en la productividad y la mayor flexibilidad permite incrementar la productividad de las empresas. En otras palabras, a medida que la adaptabilidad incremente la productividad, el aumento de los costos laborales tendría menores consecuencias sobre los trabajadores.

Así, la mayor flexibilidad tiene el potencial de incrementar la satisfacción laboral y de reducir los costos para los trabajadores. Esta es la verdadera buena noticia.

Columna publicada en La Tercera.

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