La bala de plata
El Gobierno sostiene que el aumento de la tasa de cotización tendrá un efecto positivo sobre el empleo formal, el ahorro, el consumo, la acumulación de capital, la inversión y el PIB. Estaríamos frente a una medida que trae múltiples e importantes beneficios a la sociedad y ningún costo. Básicamente una bala de plata. Frente a este diagnóstico sólo cabe preguntarse ¿por qué subirla sólo 6 puntos?
Desgraciadamente aumentar la tasa de cotización trae costos y lo correcto en la formulación de políticas públicas es reconocer estos costos para tratar de mitigarlos. El aspecto más controversial de las optimistas proyecciones del Gobierno tiene relación con el mercado laboral, ya que no es razonable sostener que un aumento en la tasa de cotización llevará a incrementar el empleo formal en hasta 10,7% para el primer quintil de ingresos.
De acuerdo con el Informe de Impacto Regulatorio, el aumento de la formalidad laboral se da porque existe un subsidio a las cotizaciones de los trabajadores de menores ingresos. Efectivamente, se propone que 1,8% del sueldo (30% de la nueva cotización) se distribuya con un criterio solidario que consiste que a todos los cotizantes se les depositará en su cuenta nocional el monto correspondiente al sueldo promedio del sistema. Así, quienes tengan salarios sobre el promedio cotizarán un poco menos y quienes tengan salarios bajo el promedio cotizarán un poco más. Este subsidio, luego de años de rentabilidad nocional, se traduce en una modesta ganancia en las futuras pensiones de los beneficiarios y sería esto lo que llevaría a que aumenten su participación el mercado laboral formal.
Sin embargo, la cotización solidaria no tendrá el efecto de reducir la informalidad laboral de manera significativa como señala el Gobierno. Sabemos que las personas prefieren el consumo presente al consumo futuro. Por esto es difícil que pequeños beneficios a muy largo plazo induzcan cambios significativos de comportamiento que impliquen sacrificar consumo presente. Esta miopía económica es aún más fuerte entre las personas de menores ingresos. Esta es una regularidad que reconoce el informe del Gobierno señalando que las personas en general no internalizan en sus decisiones económicas el valor presente de los beneficios en pensiones futuras (página 26), y que a menor ingreso, menor es el grado con que los internalizan. Por esto sorprende el resultado reportado por dicho informe.
El mecanismo propuesto de solidaridad con las cotizaciones es interesante y podría perfectamente aplicarse si la nueva cotización se destina íntegramente a capitalización individual (con mayor efecto sobre las futuras pensiones). Pero no nos engañemos, esta medida no reducirá la informalidad laboral.
Publicado en La Tercera.
