Hablemos de reactivación

Por: Magdalena Plant
03 Oct 2023

Para la publicación de este newsletter quedarán aproximadamente 50 días de clases escolares. El año pasó volando, pensarán algunos. Se me hizo eterno, pensarán aquellos que trabajan en escuelas: Este periodo de hacerse cargo de las brechas educativas y socioemocionales han estado tremendamente desafiantes. Como profesores y directivos, nada nos preparó para enfrentar a 45 estudiantes con distintos niveles de aprendizaje y secuelas emocionales del terremoto educacional que generó la pandemia. Y ahí están los profesores poniendo el hombro.

A estas alturas del año, es relevante revisar el estado de avance de la reactivación a nivel país, la que los medios parecen olvidar a medida que pasa el tiempo. No hay consciencia de los costos personales, sociales y económicos que tendrá para la generación de estudiantes afectados.

En enero de 2023, casi un año después de asumir el gobierno, el Ministerio presentó su Plan de Reactivación Educativa basado en tres ejes: Fortalecimiento de aprendizajes, Convivencia y salud mental y Asistencia y revinculación. Por lo mismo, es indispensable solicitar a la cartera el estado de avance en cada uno de estos ejes. Sólo en la medida en que tengamos información, es posible implementar o corregir acciones para apoyar a las comunidades escolares.

Sobre Convivencia y salud mental, el Ministerio ha puesto a disposición fichas y material para trabajar en las escuelas. Obviamente, se agradece. Pero dada la gravedad, se requiere establecer un trabajo en red con especialistas que apoyen desde fuera de los establecimientos las situaciones más críticas de salud mental. Las listas de espera de atención psiquiátrica y la falta de apoyo sistémico muchas veces empeoran y alargan los problemas emocionales de nuestros estudiantes. Por otra parte, el Ministerio ha seguido insistiendo en el Programa de Habilidades para la Vida, a pesar de que estudios de impacto indican que no tiene los efectos deseados.

Las cifras que hemos conocido de Asistencia y revinculación son poco auspiciosas: en junio, la inasistencia grave aumentó 12,7 puntos, es decir, más de 1 millón 300 mil estudiantes no asisten lo suficiente al colegio como para pasar de curso, menos aún para aprender. Sería relevante saber cuál es el efecto que han tenido los 1.300 profesionales que deben desplegarse en búsqueda de estudiantes que han desertado al sistema. De todos modos, es indispensable que como sociedad nos comprometamos con la asistencia: autoridades, comunicadores, familias, de manera que sea de sentido común que un estudiante no puede faltar a clases (y menos aún, tolerar que un establecimiento se cierre y no pueda recibirlos).

Con respecto a Fortalecimiento de aprendizajes, el Ministerio ha hecho el esfuerzo de digitalizar recursos tanto en Lectura como en Matemática (esto último luego de los desesperanzadores resultados del SIMCE en esta disciplina). El material aportado es de distintos niveles y calidades, y puede faltarle organización y claridad para implementarlo. Pero a nivel país, resulta indispensable establecer metas de aprendizaje en cada uno de los niveles escolares, ya que, sin un objetivo claro, parece imposible imprimirle al desafío la urgencia que requiere. También es importante saber qué efecto ha tenido el Plan de Tutorías (cuántos estudiantes han terminado el proceso, cuál es su evaluación de salida y cuántos se encuentran aun recibiendo apoyo).

Es imprescindible que, en la discusión del Presupuesto 2024, la Reactivación Educativa tenga un lugar privilegiado. Pero también, es vital que nuestros parlamentarios exijan conocer focos, metas, plazos y programas de impacto probado en los que se van a destinar esos recursos. La prioridad país debe ser el aprendizaje de nuestros estudiantes, y no nos queda más tiempo para estar a la altura de este desafío.

Esta columna fue elaborada para el centro de estudios Horizontal.

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