Esquema de reparto: ¿es esta la solidaridad que buscamos?

18 Oct 2022

Mientras esperamos que el Ejecutivo envíe su propuesta de reforma de pensiones al Congreso, se han adelantado algunas de las medidas que contendría. El gobierno ha señalado que una parte de la cotización adicional se destinará a introducir un componente de solidaridad intergeneracional, es decir reparto.

Se ha hablado largamente de la inconveniencia de introducir un esquema de reparto en un país que envejece a pasos agigantados: en 2050 habrá sólo 2,2 personas en edad de trabajar –de entre 20 y 64 años— por cada adulto mayor de 65 años. Es evidente que en un mecanismo donde las pensiones se financian con las cotizaciones de los trabajadores activos resulta simplemente insostenible. Dicho esto, me gustaría referirme a otro aspecto debatible del sistema de reparto: su solidaridad.

En primer lugar, hay una notoria solidaridad entre generaciones, los jóvenes financian las pensiones de los adultos mayores y, debido al cambio demográfico, el día de mañana esta generación de jóvenes no recibirá el mismo nivel de beneficios que financió. Por lo tanto, la primera transferencia se da desde jóvenes a adultos mayores. No es claro que esto sea justo, ya que esta generación se tendrá que hacer cargo de importantes costos provocados por la generación anterior como lo es el cambio climático. Pero, como veremos, el esquema de reparto involucra más transferencias que deben ser analizadas.

El gobierno ha señalado que los beneficios a financiar con el 6% de cotización adicional, serán condicionales a haber cotizado. Esto es correcto ya que reduce el efecto negativo de incrementar el impuesto al trabajo sobre el empleo formal y el producto. Sin embargo, significa que gente que no cotizó o que cotizó poco no recibirá una prestación por este componente solidario, generándose una transferencia desde trabajadores mayoritariamente informales a trabajadores mayoritariamente formales.

Los trabajadores con escasa trayectoria formal son muchos: el 35% de los nuevos pensionados cotizó menos de 15 años. Además, la mayor parte de quienes tienen trayectorias mayoritariamente informales son mujeres: el 68% de quienes se pensionaron recientemente y cotizaron menos de 15 años. Así, se producirá una transferencia de mujeres a hombres.

Además, según la Encuesta Suplementaria de Ingresos de 2021 (última disponible), el ingreso promedio de los trabajadores informales era 40,14% inferior al de los formales. Entonces, también habrá una transferencia desde trabajadores con menores ingresos promedios a trabajadores con mayores ingresos promedio.

Por lo tanto, además de la transferencia desde jóvenes a adultos mayores, se transferirán recursos desde trabajadoras con trayectorias laborales cargadas a la informalidad y con menores ingresos en promedio hacia trabajadores fundamentalmente hombres con trayectorias laborales más formales y con mayores ingresos en promedio.

Con todos estos ingredientes del sistema de reparto, ¿es esta la solidaridad que buscamos?

Publicada en La Tercera.

 

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