Una centroderecha con propuestas constitucionales

“No hay diálogo; la derecha ha sido vetada”, declaraba hace unos días el convencional Andrés Cruz, del Colectivo Socialista. “Es evidente que ha habido una decisión política de algunos grupos de excluir a la derecha”, planteaba Felipe Harboe en un programa radial. A esta altura, ya no es novedad que hay un grupo adentro de la Convención que deliberadamente se preocupa más de quien firma los contenidos de la indicación, que del contenido mismo.

Parte importante de los convencionales -en su afán refundacional e identitario- han dejado de escuchar, tanto a sectores moderados afuera de la Convención como a los convencionales de centroderecha que están adentro. Se justifican diciendo que el sector cancelado lo estaría haciendo para que todo se mantenga igual, lo que es derechamente falso y los antecedentes así lo demuestran.

En Horizontal, la discusión constitucional ha estado en el centro de nuestra reflexión hace más de cinco años y desde fines de 2019 hemos contribuido con más de diez informes con reformas sustantivas, generados por amplios y diversos grupos de profesionales. Estos, a su vez, han servido como insumos a las diversas propuestas e indicaciones que ha presentado el colectivo de 16 convencionales Independientes-RN-Evópoli. Todas estas propuestas representan cambios sustantivos al statu quo y muestran el espíritu reformista y responsable que inspira a una parte del sector. Aquí destacamos las principales:

Primero, en sistema político y de gobierno planteamos reconfigurar nuestro bicameralismo, reconociendo la Cámara de Diputados como la cámara política y al Senado como cámara de representación territorial y revisora en materias centrales. También planteamos moderar nuestro presidencialismo; fortalecer la cooperación entre Ejecutivo y Congreso; y reducir las excesivas leyes de quorum supramayoritarios.

Segundo, en principios constitucionales propusimos consagrar la dignidad humana como fundamento de los derechos y libertades; reconocer los diversos proyectos de vida; proteger a niños, niñas y adolescentes; presentamos una propuesta integral de reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas, respetando el carácter intercultural del Estado de Chile; reforzar la probidad y transparencia en el sector público; y promover en todas las instancias, la igualdad de género.

Tercero, en forma de Estado presentamos una propuesta descentralización progresiva y responsable, aumentando las competencias de gobiernos regionales y municipios en el contexto de un sistema unitario, y promoviendo especialmente la participación ciudadana en los niveles locales.

Cuarto, sobre derechos sociales, propusimos consagrarlos con rigurosidad técnica, que sean exigibles ante una nueva justicia administrativa, fomentar la colaboración público-privada y que se respete el principio de responsabilidad fiscal. Esto, teniendo siempre a la vista que más derechos sociales no es igual a más bienestar. Muchas democracias fallidas cuentan con amplios catálogos que se transforman en palabras vacías.

Quinto, en medio ambiente y modelo económico, postulamos incorporar deberes exigentes al Estado en torno al cuidado y protección del medio ambiente, compatibilizando la justicia intergeneracional con el desarrollo económico; mantener la protección del derecho de propiedad en sus diversas especies; e incorporar el principio de libre competencia.

Sexto, en sistemas de justica, planteamos radicar las funciones de gobierno judicial en un nuevo Consejo de la Magistratura y perfeccionar el sistema de nombramiento de ministros y jueces. También presentamos una propuesta para tener un Estado moderno y eficiente, consagrando constitucionalmente un Servicio Civil autónomo y un estatuto propio e independiente de la administración pública, separando la política del empleo público para avanzar hacia una carrera pública meritocrática y exigente.

Séptimo, en sistemas de conocimiento, propusimos consagrar el deber del Estado de considerar los avances de la ciencia y tecnología; crear una nueva institucionalidad que mo-nitoree los efectos del cambio climático; y la protección de los datos personales y la libertad de expresión.

Como queda de manifiesto, la centroderecha también ha impulsado propuestas que se hacen cargo de los desafíos del futuro, rescatando lo mejor de nuestra historia. La Convención ha optado por ignorar a este sector, lo que significa en la práctica dejar fuera de la nueva casa común a millones de chilenos que comulgan con nuestras ideas. ¿Estamos a tiempo de enmendar el rumbo? Solo la Convención tiene esa respuesta.

*Publicada en El Mercurio.

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