Trump y la guerra comercial que se avecina

06 Mar 2025

A menos de dos meses de asumir su segundo mandato, el actuar impulsivo, matonesco e irresponsable del presidente Trump, se está reflejando en la instalación de la agenda proteccionista más importante desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Las bases del libre comercio y del orden liberal están en jaque. Chile, aunque pequeño y alejado de las grandes potencias, no será inmune a los nocivos efectos de la guerra comercial que se avecina.

Esta semana, Trump anunció la fijación de aranceles de un 25% a las importaciones de México y Canadá y un 10% adicional a China (ya había anunciado 10% en febrero). Junto con esto, ha declarado verbalmente que en los próximos meses revisará la aplicación de nuevas tarifas -según él, su palabra preferida del diccionario- al acero, aluminio, cobre, autos, chips y productos agropecuarios.

Fiel a su mensaje de campaña, lo que busca Trump es fortalecer industrias estratégicas en Estados Unidos (MAGA) y asegurar una supuesta independencia económica de otras potencias, en especial de China. Pero, como a Trump le encanta que lo vean como un ganador y buen negociador, desestima los efectos de largo plazo de sus medidas. Según Tax Foundations, si bien las tarifas que acaba de imponer significarán una mayor recaudación fiscal de USD 142.000 millones, en el largo plazo disminuirá el PIB de ese país en un 0,4%.

Lo más probable, tal como ya lo ha anunciado el presidente de Canadá, los países afectados con estas tarifas aplicaran medidas de retaliación. Con esto, la guerra comercial se desatará, generando una escalada proteccionista a nivel global empobreciendo a todos, en mayor o menor medida. Sin más, el mismo día del anuncio los mercados reaccionaron con caídas en los índices bursátiles de Wall Street y una depreciación general del dólar con respecto a otras monedas

Desde la época del mismo Adam Smith, sabemos que los países se benefician enormemente del comercio internacional, exportando lo que saben producir e importando lo que otros países fabrican de manera más eficiente. Con estas tarifas, Trump le dará un golpe en la línea de flotación al principio más relevante del comercio internacional: la ventajas comparativa (David Ricardo). En el largo plazo se afectará negativamente el consumo y la inversión, junto con una mayor inflación en los productos afectados.

¿Afectará todo esto a Chile? Claro que si. Gran parte del éxito económico de Chile entre 1990 y 2010 se debió a su apertura al mundo, la reducción de aranceles y la firma de una serie de tratados de libre comercio que hoy nos dan acceso preferencial a cerca del 90% del PIB mundial. Sin duda, los aranceles que Trump imponga afectarán negativamente a Chile. Primero, en los envíos directos: el 2024 exportamos a este país USD 5.633 MM en cobre, USD 3.196 MM en productos silvoagropecuarios y US$ 2.600 MM en salmones. Segundo, hay bienes que se componen de otros bienes. Por ejemplo, si se imponen tarifas a los autos eléctricos, también se afecta la producción de sus componentes como cobre y litio. Tercero, una mayor inflación en USA, aumenta las tasas de interés de ese país con una consecuente depreciación del peso.

El proteccionismo siempre es malo, venga de izquierda o, en este caso, de la derecha. El liberalismo genuino es aquel que entiende los beneficios del comercio internacional y en la cooperación mundial para lograr el desarrollo de los países. Lamentablemente esos principios básicos hoy están en juego y Chile no saldrá ileso.

Esta columna se publicó en Ex-ante.

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