Sobre el CAE

24 May 2024

En su edición del martes, don Alexis Cortés plantea que las airadas reacciones en contra de la propuesta de condonación del CAE responden a una “hipersensibilidad” y a un veto hacia el debate.  Dado que el autor alude una estimación hecha por Horizontal, me gustaría hacer algunas precisiones.

Lo primero es que el costo estimado de una condonación total es de US$12.000 millones y no de US$ 12 millones, como plantea el autor. La omisión involuntaria de unos cuantos ceros, en este caso, cambia radicalmente las conclusiones sobre la sostenibilidad fiscal de una eventual condonación.

Entrando al fondo del asunto, hoy un 75% de los créditos son post-2012, con condiciones muy favorables. La cuota es contingente al ingreso, con tope del 10%; la tasa de interés es de UF +2%; los pagos se suspenden en caso de cesantía; y transcurrido un plazo se extingue.

Sin desconocer que en muchos casos la educación superior no ha permitido vencer la inestabilidad económica, ¿es justo destinar cuantiosos recursos (3,7% del PIB) para pagar las deudas de un segmento de la población con altos ingresos? A todas luces, no.

Condonar el CAE, total o parcialmente, es injusto, regresivo y caro. Es injusto con quienes ya cumplieron su obligación de pagarlo y con el resto de la sociedad, ya que existe al menos una veintena de demandas más urgentes (seguridad, vivienda, pensiones, entre otros). Y si de “justicia educativa” se trata, ¿no es mejor destinar estos recursos a edades tempranas, que es donde sabemos se generan las brechas que después son insalvables?

Tildar de “inmoral” o “populista” la condonación del CAE no es cerrarse al debate o ser “hipersensibles”. Es justamente entrar de fondo a este y poner de manifiesto que los recursos fiscales son finitos y que para gobernar se necesita pragmatismo, sentido de realidad y responsabilidad fiscal.

Esta carta al director se publicó en El Mercurio.

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