El año de Marcel: técnica, muñeca y pragmatismo

08 Mar 2023

Se cumple un año de gobierno y llega la hora de los balances. En materia económica bien vale reconocer al ministro Marcel como el punto más alto de un gabinete plagado de cuestionamientos por baja capacidad de gestión; nula aparición pública y donde más de alguno sigue atrapado en consignas ideológicas. No es casualidad que el titular de Hacienda sea considerado el sostén de este gobierno y se encuentre prácticamente “blindado” ante el inminente cambio de gabinete de los próximos días. Repasemos su gestión.

En los primeros meses, con una economía en pleno proceso de ajuste y una inflación al alza, asestó su primera victoria política al frenar los dos proyectos de quinto retiro. Triunfo doble, cuando su propio jefe —y toda la coalición oficialista— fueron férreos promotores de los retiros anteriores. Justamente en ese tiempo, como Presidente del Banco Central, Marcel advertía una y otra vez sobre los efectos negativos de esta medida. Hasta ahora, en el capítulo de los retiros la política volvió a reconciliarse con la técnica y el ministro tiene mucho que ver en esto. Quedará por ver si en los próximos meses logra también detener el sexto retiro.

A la fecha, el mayor éxito de Marcel ha sido el manejo de la billetera fiscal. Primero, logró cumplir con la Ley de Presupuestos 2022, reduciendo el gasto fiscal en un 23,1% real y terminando el año con el primer superávit fiscal de la última década (1,1% del PIB). Segundo, ha mostrado un manejo prudente con los ingresos del litio —US$ 5.032 millones el 2022— no afectando la proyección financiera de mediano plazo y comprometiéndose a un trabajo conjunto con el Consejo Fiscal Autónomo para identificar la transitoriedad de estos ingresos. Así, revindica la sana doctrina fiscal de los últimos 30 años, donde los gastos permanentes deben ser financiados con ingresos permanentes. Tercero, elaboró un presupuesto 2023 moderado (crecimiento de 4,2%) con foco en reactivación económica y seguridad, las dos mayores preocupaciones ciudadanas.

De cara al 2023, Marcel tendrá su desafío más complejo: la tramitación de las reformas tributaria y previsional. Aquí no solo deberá poner a prueba su muñeca política, sino que deberá tomar definiciones de fondo que apuntan directo al talón de Aquiles del gobierno: las dos almas que habitan La Moneda. ¿Veremos en la tramitación de estas dos emblemáticas reformas un realismo con o sin renuncia? Sin duda, luego del abrumador rechazo a un borrador constitucional que el gobierno hizo suyo, el alma refundacional de Apruebo Dignidad quedó totalmente desdibujada como expresión programática. Y Marcel sabe que las dos reformas que debe tramitar no son inmunes a esto.

El 12 de enero del 2022, poco antes de ser designado ministro, decía: “Los economistas debemos ser capaces de salir de nuestra zona de confort”. Hoy, el destino le entrega la oportunidad única de poner sus propias palabras en práctica. ¿Marcel impulsará medidas trasnochadas como el impuesto al patrimonio o la instauración de cuentas nocionales o decidirá avanzar con pragmatismo y gradualismo en las dos reformas más emblemáticas de este gobierno?

Publicado en La Tercera.

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