Educación pública: ¿no ha empeorado?
El jueves pasado, en este medio, el decano de la facultad de educación UC, Alejandro Carrasco afirmaba: “La educación pública no ha empeorado, solo ha distribuido sus talentos.” Llama la atención que un académico cuyo quehacer es justamente confrontar la realidad a través de la medición, análisis y modificación de hipótesis haga una aseveración de este calibre sin señalar evidencia que lo sostenga.
Si efectivamente existe un análisis cuantitativo o evaluación de impacto que permita sostener que en los últimos años no se ha fugado talento de la educación pública, ojalá se publique y divulgue. A diferencia de las actuales autoridades, hay muchos que creemos que la única manera de enriquecer el debate sobre la calidad de nuestra educación pública es con evidencia sobre la mesa.
Por el momento, los datos disponibles apuntan en dirección opuesta. En la última década (2013-2023) el porcentaje de alumnos de escuelas públicas en el decil de mejor desempeño de las pruebas de admisión cayó de un 18% a un 15% (-14%). Si a principios de la misma década, cuatro establecimientos públicos lograban ubicarse en el top 100 del ranking PSU, hoy solo aparecen dos. Los liceos emblemáticos no solo desaparecieron de los primeros puestos en las pruebas de admisión, sino que ya ni siquiera son capaces de llenar sus vacantes (el año pasado el Instituto Nacional quedó con 167 y el Liceo 1, con 153). Por último, entre el 2004 y 2022, la matrícula total de la educación pública cayó en 584.112 alumnos (-30,4%).
A la luz de estas cifras cuesta creer que la educación pública no haya empeorado.
Esta carta al director se publicó en El Mercurio.