Distopía estamental

Por: Valentina Verbal
04 Mar 2022

Señor director,

La convencional Elisa Loncon plantea que el “pluralismo jurídico” apuntaría a establecer una igualdad no meramente formal, sino sustantiva, ya que esta última “supone que las personas deben ser tratadas iguales a otras que se encuentren en una misma condición”.

Sin embargo, el giro al que parece avanzar dicho pluralismo se acerca, más bien, al sistema de castas de la época colonial, según el cual las personas poseían derechos diferenciados conforme a la raza a la que pertenecían. Por esta razón, a lo largo de dicho periodo, resultó cada vez más frecuente que algunas personas comprasen la “blancura” para, por ejemplo, ejercer profesiones u oficios a las que no tenían acceso de un modo “originario”.

Ahora bien, el caso de los indígenas era algo diferente. Desde muy temprano, ellos fueron considerados por la Corona como “personas miserables”, esto es, como personas naturalmente vulnerables. Un ejemplo de este tratamiento tenía que ver con el hecho de que los casos que los afectaban eran “casos de corte”, lo que significaba que las materias presentadas a la justicia pasaban directamente a las reales audiencias.

La diferencia está en que, mientras en la época colonial el privilegio consistía en acceder directamente a la corte superior, en la nueva Constitución se los somete a una justicia autónoma; mientras en el primer caso los indígenas eran vistos como vulnerables, en el segundo son considerados como superiores. Así, no resulta descartable pensar que, más que a un proceso de blanqueamiento, el “pluralismo jurídico” lleve a un proceso de “indigeneamiento”. Palabra extraña, pero que puede simbolizar la distopía estamental a la que la nueva Constitución parece estarnos conduciendo.

*Publicada en La Tercera.

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