Pacto tributario: ajustar recaudación a 2% del PIB y bajar impuesto a empresas e IVA, las propuestas de Horizontal
La semana pasada culminaron los diálogos tributarios liderados por el Gobierno con expertos y representantes de organizaciones y ahora el proceso entra en una fase de conversaciones con actores políticos para tratar de arribar a un pacto fiscal que permita revivir -mediante ajustes- el proyecto que fue rechazado en la Cámara de Diputados.
De cara a esta nueva etapa, en la que se levantarán propuestas específicas de cambios, el centro de estudios Horizontal, elaboró un documento con varias ideas para avanzar hacia un pacto tributario de corto y mediano plazo.
“Creemos que hoy se justifica plenamente un pacto tributario con un aumento gradual de la carga. Por un lado, llevamos 10 años con un déficit fiscal estructural promedio de 1% al año (excluyendo los años excepcionales de pandemia). Es decir, estructuralmente gastamos 1 punto más del PIB de lo que recaudamos. Por otro lado, no cabe duda de que Chile tiene y tendrá nuevos gastos sociales permanentes que financiar y que la manera responsable y sostenible de hacerlo es con nuevos ingresos permanentes. Este balance supone tanto allegar nuevos ingresos, como también ser celosos en la eficiencia del gasto”, dice el informe cuyos autores son el ex ministro de Hacienda Ignacio Briones y el director ejecutivo de Horizontal, Juan José Obach.
Se advierte que al 2022, la carga tributaria en Chile alcanzaba un 20,7% del PIB, del orden de 5 puntos porcentuales menor que el promedio OCDE, al descontar las contribuciones de seguridad social. Pero también existe una brecha de US$ 19.800 de ingreso per cápita, por lo que se deben cerrar esas dos brechas.
De ahí que los autores plantean que el punto de partida sea aumentar la carga tributaria en 2 puntos del PIB y el punto de llegada correspondería a cerrar la brecha de 5 puntos. Esto es, aumentar la recaudación en 3 puntos adicionales en el tiempo. Proponen un plazo de 20 años para cerrar esos 3 puntos adicionales, asumiendo que en dicho lapso el crecimiento acumulado (3% anual) permitirá cerrar la brecha de ingresos per cápita respecto al promedio OCDE de hoy.
Como principio orientador, proponen que los recursos adicionales que se obtengan de avanzar en la eliminación de exenciones tributarias y combate a la evasión, deberían compartirse entre el Estado (mayor recaudación) y la ciudadanía (vía menores tasas).
En el objetivo de corto plazo (2024), se plantea cambiar la base tributaria, con la creación de un nuevo tramo de impuestos a las personas entre 6,75 y 13,5 UTA, con una tasa efectiva del 1%; aumento adicional del 1% a tasa marginal de tramos 2 al 6; aumento de 2% al tramo 7 y alza de 3% al tramo 8. Ello aportará una recaudación adicional de 0,54% del PIB.
También figura disminuir exenciones en 0,5% del PIB, eliminando disposiciones como el régimen de renta presunta, igualar progresivamente el impuesto específico al diésel con el de las bencinas, entre otras exenciones. La mitad de este monto (0,25% del PIB) iría a arcas fiscales y la otra mitad a rebajar tasas de impuestos.
Otro ítem es tolerancia cero contra la evasión, disminuyéndola en 1,6% del PIB, en línea con el compromiso de la actual administración. La mitad de este monto (0,8% del PIB) iría a arcas fiscales y la otra mitad a rebajar tasas de impuestos del ámbito desde donde se genere la reducción de la evasión (IVA o renta).
Asimismo, conforme se avance en disminución de la evasión y exenciones, reducir la tasa del impuesto de primera categoría de un 27% a un 25% (costo fiscal de 0,3% del PIB) y reducir la tasa de IVA de un 19% a un 18% (costo fiscal de 0,5% del PIB). Los recursos para financiar estas bajas provendrían de las disminución de la evasión y disminución de exenciones, propuestas que liberarían un total de recursos por 1,15% del PIB (la mitad de lo recaudado).
Asimismo, está el avanzar en royalty minero e impuestos correctivos y, en lo inmediato, implementar un impuesto negativo al ingreso para los 3,6 millones de trabajadores formales.
Respecto del pacto de largo plazo, están el aumentar gradualmente el monto de la transferencia del impuesto negativo al ingreso hasta alcanzar un costo fiscal neto de 1,2% del PIB y reducir la tasa de impuesto de primera categoría a un 23%, de manera de converger al actual promedio OCDE. El costo fiscal adicional de esta medida (0,3% del PIB) se financiaría con los recursos liberados por la disminución de la evasión y disminución de exenciones.
“No podemos seguir enfrentando el tema tributario con mirada cortoplacista. Necesitamos levantar la mirada, fijar un objetivo y recorrer una ruta tributaria que sea producto de un gran pacto: un marco duradero que, al mismo tiempo que vaya recaudando más, establezca reglas claras para la inversión y el crecimiento”, dice Briones.
Por su parte, Obach explica que “debemos cerrar la brecha de carga tributaria respecto al promedio OCDE. Como punto de inicio, proponemos aumentar la carga tributaria en 2 puntos y, al 2040, cerrar la brecha de 5 puntos conforme alcancemos el ingreso per cápita promedio PCDE (US$ 43.000)”.
Nota publicada en El Mercurio.